En cierta ocasión me comentarón para escuchar flamenco del bueno tiene que estar presente "el duende" y a fé que la noche del Sabado 22 estaba allí, rondando cada rincon del auditorio municipal. Una voz templada y previligiada de Luis de Cordoba llenaba cada centimetro cuadrado del local, que arte, que poderio, que sepiencia del cante jondo, que manera de satisfacer completamente de ese arte, patrimonio inmaterial de la humanidad , a todos los que nos encotrabamos en este acto, para conmemorar el XXX aniversario de la fundación de la peña flamenca Luis de Córdoba.
Solo este pequeñisimo homenaje a este "CANTAOR" con mayusculas y que nos sigas dando muchas noches como estas.
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